jueves, 29 de noviembre de 2018

El espectáculo del otoño.


Otro otoño triste
Miguel Hernández

Ya el otoño frunce su tul
de hojarasca sobre el suelo,
y en vuelo repentino
la noche atropella la luz.

Todo es crepúsculo,
señoreando en mi corazón.
Hoy no queda en el cielo
ni un remanso de azul.

Qué pena de día sin sol.
Qué melancolía de luna
tan pálida y tan sola,
ay que frío y ay que dolor.

¿Dónde quedó el calor
del tiempo pasado,
la fuerza y la juventud
que aún siento latir?

Se fue quizás con los días cálidos,
de los momentos que a tu lado viví.
Y así esperando tu regreso,
otro otoño triste ha llegado sin ti.

lunes, 26 de noviembre de 2018

El instante mágico.


Jorge Luis Borges
El instante

¿Dónde estarán los siglos, donde el sueño
de espadas que los tártaros soñaron,
donde los fuertes muros que allanaron,
dónde el Árbol de Adán y el otro Leño ?

El presente está solo. La memoria 
erige el tiempo. Sucesión y engaño
es la rutina del reloj. El año
no es menos vano que la vana historia.

Entre el alba y la noche hay un abismo
de agonías, de luces, de cuidados;
el rostro que se mira en los gastados

espejos de la noche no es el mismo.
El hoy fugaz es tenue y es eterno;
otro Cielo no esperes, ni otro Infierno.

lunes, 12 de noviembre de 2018

Tus labios de fresa.



Todavía.
Mario Benedetti.

No lo creo todavía
estás llegando a mi lado
y la noche es un puñado
de estrellas y de alegría.

Palpo gusto, escucho y veo
tu rostro, tu paso largo
tus manos y sin embargo
todavía no lo creo.

Tu regreso tiene tanto
que ver conmigo
que por cábala lo digo
y por las dudas lo canto.

Nadie nunca te remplaza
y las cosas más triviales 
se vuelven fundamentales
porque estás llegando a casa.

Sin embargo todavía
dudo de esta buena suerte
porque el cielo de tenerte
me parece fantasía.

Pero venís y es seguro
y venís con tu mirada
y por eso tu llegada
hace mágico el futuro.

Y aunque no siempre he entendido
mis culpas y mis fracasos
en cambio sé que en tus brazos
el mundo tiene sentido.

Y si beso la osadía 
y el  misterio de tus labios,
no habrá dudas ni resabios,
te querré más todavía.

lunes, 5 de noviembre de 2018

Tus formas te delatan.


El ciervo en la fuente.
Felix María Samaniego.

Un ciervo se miraba 
en una hermosa cristalina fuente;
placentero admiraba
los enramados cuernos de su frente,
pero al ver sus delgadas, largas piernas,
al alto cielo daba quejas tiernas.

¡Oh Dioses!¿A qué intento,
a esta fábrica hermosa de cabeza
construís su cimiento
sin guardar proporción en su belleza?
¡Oh qué pesar!¡Oh qué dolor profundo!
¡No haber gloria cumplida en este mundo!

Hablando de esta suerte
el ciervo, vio venir a un lebrel fiero.
Por evitar su muerte
parte al espeso bosque muy ligero;
pero el cuerno retrasa su salida,
con una y otra rama entretejida.

Mas libre del apuro
a duras penas, dijo con espanto:
<< si me veo seguro,
pese a mis cuernos, fue por correr tanto;
lleve el diablo lo hermoso de mis cuernos,
haga de mis feos pies el cielo eterno.>>

Así frecuentemente 
el hombre se deslumbra con lo hermoso;
elige lo aparente,
abrazando tal vez lo más dañoso;
pero escarmiente ahora en tal cabeza:
El útil bien es la mejor belleza.