José Martinez
Fontana de Trevi.
El mismo viento que hoy parece levantarlo todo, no me puede mover.
Es ese viento que a veces, en la calle nos empuja, nos ciega el polvo...
Y yo de pie te espero.
Me dan ganas de gritar...
Sólo me mueves y me ciegas tú.
Una ciudad que va progresando pero sigo viéndola igual de pequeña.
El clima sólo se altera en días como hoy.
Días en que la verdad me golpea de frente, días en que me da miedo no saber cómo volver a empezar.
Doy un trago a ese filtro.
Es el único filtro que puede pintar el sistema solar de plata.
Estoy totalmente embriagado y dispuesto a caminar hacia donde sea.
Ella levanta el mundo y consigue moverme.
He perdido la cuenta de los días y creo que estoy ante la Torre Eiffel.
No.
Estoy lanzando monedas a la Fontana de Trevi.
Me hiciste sentir tanto sin tú darte cuenta, que confundí un cuento con la vida misma.
Y...
¿Qué queda en ti de lo que yo siento? La verdad es que no me consuela para nada el tiempo, a veces pienso que es una derrota el dejarlo pasar.
Sin embargo...
¿Es que hay otra salida? Que me escuchen esas monedas bajo la fuente hasta que se oxiden o las cojan.
Es ese viento que a veces, en la calle nos empuja, nos ciega el polvo...
Y yo de pie te espero.
Me dan ganas de gritar...
Sólo me mueves y me ciegas tú.
Una ciudad que va progresando pero sigo viéndola igual de pequeña.
El clima sólo se altera en días como hoy.
Días en que la verdad me golpea de frente, días en que me da miedo no saber cómo volver a empezar.
Doy un trago a ese filtro.
Es el único filtro que puede pintar el sistema solar de plata.
Estoy totalmente embriagado y dispuesto a caminar hacia donde sea.
Ella levanta el mundo y consigue moverme.
He perdido la cuenta de los días y creo que estoy ante la Torre Eiffel.
No.
Estoy lanzando monedas a la Fontana de Trevi.
Me hiciste sentir tanto sin tú darte cuenta, que confundí un cuento con la vida misma.
Y...
¿Qué queda en ti de lo que yo siento? La verdad es que no me consuela para nada el tiempo, a veces pienso que es una derrota el dejarlo pasar.
Sin embargo...
¿Es que hay otra salida? Que me escuchen esas monedas bajo la fuente hasta que se oxiden o las cojan.
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