Las tres ultimas musas castellanas 81
Francisco de Quevedo.
Llámanle rey, y véndale los ojos,
y quieren que adivine, y que no vea;
cetro le dan, que el viento le menea;
la corona de juncos y de abrojos.
Con tales ceremonias y despojos,
quiere su rey el reino de Judea:
que mande en caña, que dolor posea,
y que ciego padezca sus enojos.
Mas el señor, que, en vara bien armada
de hierro, su gobierno justo cierra,
muestra en su amor clemencia coronada.
La paz compra a su pueblo con su guerra;
en sí gasta las puntas y la espada:
aprended de él los que regís la tierra.
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