sábado, 16 de mayo de 2020

Todavía nos queda vida.


Elegía 
Miguel Hernández

( En Orihuela, su pueblo y el mío, se 
ha muerto como del rayo Ramón Sijé,
con quien con tanto quería.)

Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.

Alimentando lluvias, caracolas
y órganos dolor sin instrumento.
a las desalentadas amapolas

darle tu corazón como alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado,
que por doler ,
me duele hasta el aliento.

Un manotazo duro, un un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal me ha derribado.

No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuros
y siento más tu muerte que mi vida.


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