Águila, cuyo pico soberano
Lope de Vega
Águila, cuyo pico soberano
bañado en las corrientes celestiales
osó tocar los cándidos umbrales,
que apenas mira el pensamiento humano;
fénix, a quien el bárbaro tirano
pensó abrasar las alas inmortales,
de cuyo fuego a nueva vida sales,
la pluma de oro en la divina mano,
estima los afectos que recibes
del arte de imprimir, cuando resumas
la grandeza del Verbo, con que vives.
Pues de tu pluma han hecho tantas plumas,
que eternamente escriben lo que escribes,
y de tu suma innumerables sumas.
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