Primavera y muchacha.
Octavio Paz
En su tallo de calor se balanceaLa estación indecisaAbajoUn gran deseo de viaje remueveLas entrañas heladas del lagoCacerías de reflejos allá arribaLa ribera ofrece fuentes de musgo a tu blancuraLa luz bebe en tu bocaTu cuerpo se abre como una miradaComo una flor al sol de una miradaTe abresBelleza sin apoyoBasta un parpadeoTodo se precipita en un ojo sin fondoBasta un parpadeoTodo reaparece en el mismo ojoBrilla el mundoTú resplandeces al filo del agua y de la luzEres la hermosa máscara del díaAunque la nieve caiga en racimos madurosNadie sacude ramas allá arribaEl árbol de la luz da frutos de nieveAunque la nieve se disperse en polenNo hay semillas de nieveNo hay naranjas de nieve no hay clavelesNo hay cometas ni soles de nieveAunque vuele en bandadas no hay pájaros de nieveEn la palma del sol brilla un instante y caeApenas tiene cuerpo, apenas peso, apenas nombreY ya lo cubre todo con su cuerpo de nieveCon su peso de luz con su nombre sin sombra
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