De los hermosos el retoño ansiamos
para que su rosal no muera nunca,
pues cuando el tiempo su esplendor marchite
guardará su memoria su heredero.
Pero tú, que tus propios ojos amas,
para nutrir la luz, tu esencia quemas
y hambre produces donde hay altura,
demasiado cruel y hostil contigo.
Tú que ers hoy del mundo fresco adorno,
propón de la radiante primavera,
sepultas tu poder en el capullo,
dulce egoista que malgasta ahorrando.
Del mundo ten piedad: que tú y la tumba,
ávidos, lo que es suyo no devoren.
William Shakespeare.
De los hermosos el retoño ansiamos..
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