Qué hermosa vejez podíamos haber tenido tu y yo
sin toda esa locura nacionalista eslavo meridional.
Y en cambio,
después de toso sólo nos han quedado
estos encuentros de amor tristes
en el cementerio del León.
Ahora quiero decirte
que por momentos soy feliz
en medio de esta infelicidad
cuando en el cementerio me sorprende la lluvia.
Cuánto me gusta empaparme junto a ti
Izet Sarajlic.
Sarajevo.
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