lunes, 26 de enero de 2015

Ilusión efímera.

Anoche cuando domía.

Anoche cuando dormía
soñé ¡bendita ilusión!
que una fontana fluía
dentro de mi corazón.
Di: ¿Por que acequia escondida,
agua,vienes hasta mi,
manantial de nueva vida
en donde nunca bebí?

Antonio Machado.

miércoles, 21 de enero de 2015

Parecidos razonables.


Árbol, buen árbol, que tras la borrasca 
te erguiste en desnudez y desaliento, 
sobre una gran alfombra de hojarasca 
que removía indiferente el viento...

Hoy he visto en tus ramas la primera 
hoja verde, mojada de rocío, 
como un regalo de la primavera, 
buen árbol del estío.

Antonio Machado.

lunes, 19 de enero de 2015

Encerrado en su mundo.


Las manos del artesano 
no tienen tiempo ni edad.
Son sentimientos acumulados
  que echan pronto a volar.
Son manos que con destreza
hacen un solo nudo
que unen corazón y cabeza
creando su propio mundo.

Alejandro J.Díaz Valero.

lunes, 12 de enero de 2015

La tolerancia bien entendida.

Ahora que todos somos Charlie Hebdo,
quiero mostrar esta foto como ejemplo de tolerancia ,
respeto y convivencia.
Es una mujer musulmana paseando
 por la catedral de Málaga.
Ojalá que podamos vivir sin más noticias 
como la de París.


miércoles, 7 de enero de 2015

Días de niebla y frío.



La niebla no es olvido
sino postergación anticipada.
Ojalá que la espera
no desgaste mis sueños,
ojalá que la niebla
no llegue a mis pulmones,
y que vos, muchachita
emerjas de ella
como un lindo recuerdo
que se convierte en rostro.

Mario Benedetti.

viernes, 2 de enero de 2015

Llegada de los Reyes Magos.



El camello se pinchó
con un cardo en el camino
y el mecánico Melchor
le dio vino.
Baltasar fue a repostar
más allá del quinto pino
e intranquilo el gran Melchor
consultaba su «Longinos».
—¡No llegamos,
no llegamos
y el Santo Parto ha venido!
—Son las doce y tres minutos
y tres reyes se han perdido.
El camello cojeando
más medio muerto que vivo
va espeluchando su felpa
entre los troncos de olivos.
Acercándose a Gaspar,
Melchor le dijo al oído:
—Vaya birria de camello
que en Oriente te han vendido.
A la entrada de Belén
al camello le dio hipo.
¡Ay, qué tristeza tan grande
en su belfo y en su tipo!
Se iba cayendo la mirra
a lo largo del camino;
Baltasar lleva los cofres,
Melchor empujaba al bicho.
Y a las tantas ya del alba
—ya cantaban pajarillos—
los tres reyes se quedaron
boquiabiertos e indecisos,
oyendo hablar como a un Hombre
a un Niño recién nacido.
—No quiero oro ni incienso
ni esos tesoros tan fríos,
quiero al camello, le quiero.
Le quiero —repitió el Niño.
A pie vuelven los tres reyes
cabizbajos y afligidos.
Mientras el camello echado
le hace cosquillas al Niño.

Gloria Fuertes.