martes, 30 de enero de 2018

Utensilio. Adivina.


Gloria Fuertes.
Versos

Soy una taza, una tetera
una cuchara y un cucharón
un plato hondo, un plato llano
un cuchillo y un tenedor.

martes, 23 de enero de 2018

Ocaso áureo.



Antonio Machado.
Ocaso.

Era un suspiro lánguido y sonoro
la voz del mar aquella tarde... El día,
no queriendo morir, con garras de oro
de los acantilados se prendía.

Pero su seno el mar alzó potente,
y el sol,. al fin, como en soberbio lecho,
hundió en las olas la dorada frente,
en una brasa cárdena deshecho.

Para mi pobre cuerpo dolorido,
para mi triste alma lacerada,
para mi yerto corazón herido,
para mi amarga vida fatigada....

¡el mar amado, el mar apetecido,
el mar, el mar y no pensar en nada!....

lunes, 15 de enero de 2018

Agujas de hielo.


Poema de invierno.
Jorge Tellier.

El invierno trae caballos que resbalan en la helada.
Han encendido fuego par defender los huertos
de la bruja blanca de la helada.
Entre la blanca humareda se agita el cuidador.
El perro entumecido amenaza desde su caseta
al témpano flotante de la luna.

Esta noche al niño se le perdonará que duerma tarde.
En la casas de los padres están de fiesta.
Pero él abre las ventanas para ver a los enmascarados jinetes
que lo esperan en el bosque y sabe que su destino 
será amar el olor humilde de los senderos nocturnos.

El invierno trae aguardiente para el maquinista y el fogonero
Una estrella perdida tambalea como baliza.
Cantos de soldados ebrios que vuelven tarde a sus cuarteles.
En la casa ha empezado la fiesta.
Pero el niño sabe que la fiesta está en otra parte,
y mira por la ventana buscando a los desconocidos
que pasará toda la vida tratando de encontrar. 

domingo, 7 de enero de 2018

Temporal o casi....


Alexander Shurbanov
Paisaje invernal con corneja.

La carretera 
está cubierta de nieve.
Como si no existiera.
Como si la hubiéramos soñado.
nos desplazamos lenta y silenciosamente
-un coche detrás de otro-
como niños luego de una travesura.
Confiamos en que debajo de nosotros se halla
la carretera.
Un árbol,
emblanquecido y somnoliento,
a un lado nos señala
que allí es campo raso.
Encima del árbol
se ha posado una corneja.
Es negra.
No la ha tocado la nieve.
Aguarda a que pasemos de largo.
La gente siempre pasa de largo.

martes, 2 de enero de 2018

Caballos en la niebla.



Pablo Neruda.
Caballos.

Vi desde la ventana los caballos.
Fue en Berlin, en invierno. La luz
era sin luz, sin cielo el cielo.

El aire era blanco como un pan mojado.

Y desde la ventana un solitario circo
mordido por los dientes del invierno.

De pronto, conducidos por un hombre, 
diez caballos salieron de la niebla.

Apenas ondularon al salir, como el fuego,
pero para mis ojos ocuparon el mundo
vacío hasta esa hora. Perfectos,encendidos,
eran como diez dioses de largas patas puras,
de crines parecidas al sueño de la sal.

Sus grupas eran mundos y naranjas.
Su color era miel, ámbar, incendio.
Sus cuellos eran torres
cortadas en la piedra del orgullo,
y a los ojos furiosos se asomaba
como una prisionera , la energía.

Y allí en silencio, en medio
del día, del invierno sucio y desordenado,
los caballos intensos eran la sangre,
el ritmo, el incitante tesoro de la vida.

Miré, miré y entonces reviví: Sin saberlo
allí estaba la fuente, la danza del oro, el cielo,
el fuego que vivía la belleza.

He olvidado el invierno de aquel Berlín oscuro.
No olvidaré la luz de los caballos.