martes, 25 de octubre de 2016

La belleza de lo simple.

Rubén Darío.

Mar armonioso,
mar maravilloso
de arcadas de diamante que se rompen en vuelos
rítmicos que denuncian algún ímpetu oculto,
espejo de mis vagas ciudades de los cielos,
blanco y azul tumulto
de donde beta un canto inextinguible,
mar paternal, mar santo,
mi alma siente la influencia de tu alma invisible.

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