lunes, 24 de julio de 2017

El y ella.


Ella. 
Vicente Huidobro.

Ella daba dos pasos hacia delante
Daba dos pasos hacia atrás.
El primer paso decía buenos días señor.
El segundo paso decía buenos días señora.
Y los otros decían cómo está la familia.
Hoy es un día hermoso como una paloma en el cielo.

Ella llevaba una camisa ardiente.
Ella tenía dos ojos de adormecedora de mares.
Ella había escondido sueño en un armario oscuro.
Ella había encontrado un muerto en medio de su cabeza.

Cuando ella llegaba dejaban parte más hermosa muy lejos.
Cuando ella se iba algo se formaba en el horizonte para esperarla.

Sus miradas estaban heridas y sangraban sobre la colina.
Tenía sus senos abiertos y cantaba las tinieblas de su edad.
Era hermosa como un cielo bajo la paloma.

Tenía una boca de acero
y una bandera mortal dibujada entre los labios.
Reía como el mar que siente carbones en su vientre.
Como el mar cuando la luna se mira ahogarse.
Como el mar que ha mordido todas las playas.
El mar que desborda y cae en el vacío en los tiempos de abundancia
cuando las estrellas arrullan sobre nuestras cabezas
antes que el viento norte abra sus ojos.
Era hermosa en sus horizontes de huesos
con su camisa ardiente y sus miradas de árbol fatigado.
Como el cielo a caballo sobre las palomas.

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