miércoles, 23 de mayo de 2018

La cara de hierro, como algunos.



La moneda de hierro.
Jorge Luis Borges.

Aquí está la moneda de hierro.Interroguemos
las dos contrarias caras que serán la respuesta
de la terca demanda que nadie no se ha hecho:
¿Por qué precisa un hombre que a una mujer lo quiera ?

Miremos. En el orbe superior se entretejan
el firmamento cuádruple que sostiene el diluvio
y las inalterables estrellas planetarias.
Adán, el joven padre, y el joven Paraíso.

La tarde y la mañana. Dios en cada criatura.
En ese laberinto puro está tu reflejo.
Arrojemos de nuevo la moneda de hierro
que es también un espejo magnífico. Su reverso
es nadie y nada sombra y ceguera. Eso eres.
De hierro las dos caras labran un solo eco.
Tus manos y tu lengua son testigos infieles.
Dios es la inasible centro de la sortija.
No exalta ni condena. Obra mejor: olvida.
Maculado de infamia ¿ por qué no han de quererte?
En la sombra del otro buscamos nuestra sombra;
en le cristal del otro, nuestro recíproco.

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