lunes, 15 de octubre de 2018

Ella.

Vicente Huidobro.
Ella.

Tenía  una boca de acero
y una bandera mortal dibujada entre los labios.

Reía como el mar que siente carbones en su vientre.
Como el mar cuando la luna se siente ahogarse.
Como el mar que se ha mordido todas las playas.

El mar que desborda y cae en el vacío en los tiempos de abundancia
cuando las estrellas arrullan sobre nuestras cabezas
antes que el viento norte abra sus ojos.

Era hermosa en sus horizontes de huesos.
Con su camisa ardiente y sus miradas de árbol fatigado.
Como el cielo a caballo sobre las palomas.

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