domingo, 12 de febrero de 2017

Agua libre de remilgos.

Octavio Paz.
El desconocido.

La noche nace en espejos de luto.
Sombríos ramos húmedos
ciñen su pecho y su cintura,
su cuerpo azul, infinito y tangible.
No la puebla el silencio: rumores silenciosos,
peces fantasmas, se deslizan, fosforecen, huyen.
La noche es verde, vasta y  silenciosa.
La noche es morada y azul.
Es de fuego y es de agua.
La noche es de mármol negro y de humo.
Es sus hombros nace un río que se curva,
una silenciosa cascada de plumas negras.

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